Mitos y realidades en la alimentación

10 de febrero, 2016

En clase hemos hablado mucho sobre la importancia que tiene en nuestra salud y en el estado de ánimo.

Sabemos que los mitos en torno a la alimentación son muy comunes.

La palabra mito se relaciona con cuentos, fábulas, personas o cosas a las que se asocia características y cualidades que no poseen. Estos mitos son verdades para los que creen en ellos, pero en realidad carecen de fundamento; los hemos visto en distintos medios de comunicación (TV, internet, revistas) o se los hemos oído a familiares, amigos o compañeros.

Algunos ejemplos que nos serán muy familiares los vamos a comentar aquí:

 

1. El pan engorda.

El pan es rico en hidratos de carbono, el nutriente que necesitamos en más proporción según las indicaciones de la pirámide alimenticia. Su composición es la misma por dentro que por fuera, por lo que si se quieren ingerir menos calorías, se debe comer menor cantidad, no sirviendo de nada quitar la miga.

Lo que aumenta las calorías del pan suele ser el alimento que le acompaña: mermeladas, salsas, mantequillas, quesos, embutidos…

El pan nos aporta almidón, un hidrato de carbono que nos proporciona la energía para funcionar y para mantener nuestra composición corporal de manera óptima, ya que si no metemos hidratos de carbono en la dieta, obtenemos la energía a través de las proteínas corporales o de la grasa. También nos aporta vitaminas del grupo B que intervienen en el aprovechamiento de los nutrientes obtenidos de la dieta. Además, es fuente de fósforo, magnesio, potasio y fibra (especialmente el integral).

pan

2. La fruta como postre engorda.

También está muy extendida la idea de que la fruta engorda si se la come en la cena, pero es falsa, ya que una fruta aporta las mismas calorías antes o después de las comidas, por lo tanto el orden en que se ingieren los alimentos a lo largo del día no influye en el aporte energético.
La ventaja de consumirlo antes de las comidas es que gracias a su contenido en fibra y agua producen un efecto saciante. Una dieta equilibrada y variada debe incluir el consumo de al menos tres piezas al día de fruta por su importante aporte de vitaminas y minerales.

Las frutas son alimentos que contienen pocas calorías, aportan fibra (componente que depura el organismo, impide la absorción de ciertos nutrientes y brinda saciedad) y antioxidantes (sustancias que mejoran la actividad celular y la utilización de grasa como combustible), además de ser fuente de vitaminas y minerales. Por todo ello es conveniente consumir al menos tres piezas al día.

Aunque en su mayoría todas son bajas en grasas, si lo que queremos es bajar de peso, hay algunas frutas que tienen más calorías que otras, así que podremos elegir las que más nos convengan. Por ejemplo, el melón, la sandía, las fresas, las ciruelas, los limones, las naranjas, los melocotones o las papayas son muy bajas en calorías, mientras que otras tienen mayores valores energéticos, como el coco, los aguacates, los dátiles, las pasas, los higos, los plátanos y los mangos.

fruta

3. Beber durante las comidas engorda.

El agua es un alimento acalórico, es decir, sus nutrientes no proporcionan energía. Por lo tanto no engorda si se toma antes, durante o después de las comidas.
Beber agua antes de las comidas puede producir sensación de saciedad, por lo que se recomienda en dietas de adelgazamiento. Tampoco tiene el poder de quemar calorías, es decir, no por beber más cantidad de agua se adelgaza.

El agua es necesaria para que cada una de las células de nuestros cuerpos funcione con normalidad y teniendo en cuenta que en torno al 60% de nuestro peso corporal es agua, es importante consumir una cantidad de entre 1,5 y 2 litros diarios.

agua

4. Todo lo light adelgaza.

Un producto LIGHT es aquel al que se le ha reducido o eliminado alguno de sus componentes calóricos. Esto significa que contiene menos calorías (un 30% como mínimo) que la versión no light del mismo alimento o producto en cuestión, pero no que no tenga calorías o que no sigan siendo alimentos con escasos nutrientes.
Se debe leer el etiquetado del producto light y del producto no light para comparar el contenido de calorías de ambos y elegir el que mejor se ajuste a nuestras necesidades.

light

5. Los alimentos que llevan grasas vegetales son más sanos.

Muchos productos indican en sus etiquetas que contienen “grasas o aceites vegetales”, lo que puede llegar a confundir al consumidor porque se asocian con grasas que tienen un beneficio para la salud.
Se puede creer que contiene aceite de oliva o de girasol, pero en la mayoría de los casos contienen grasas saturadas procedentes del aceite de coco y de palma y que son perjudiciales para la salud cardiovascular, ya que tienen la capacidad de aumentar los niveles de colesterol sanguíneo.
untitled

 

¿Creías cierta alguna de estas creencias? Si quieres comprobar lo que sabes sobre la alimentación y la seguridad alimentaria, anímate y realiza el test sobre los mitos y realidades alimentarias. A continuación comprueba tus respuestas en el enlace inferior.

TEST

RESPUESTAS

 

Fuente de información principal: OCU