Algunas personas nunca se imaginaron sufrir algún padecimiento al ir a una peluquería a cortarse el cabello, lavárselo o hacerse el blower. Sin embargo, esto sí puede pasar. Se trata del «Síndrome del salón de belleza”; conozca en qué consiste, así, incluso podría salvar su vida.

Recientemente se conoció la historia de un hombre británico llamado Dave Tyler, quien recibió una indemnización de 114 mil dólares tras sufrir una apoplejía, es decir, un ataque cerebrovascular tras ir en 2011 a la peluquería Headmasters, en el sur de Inglaterra.

Al parecer, el hombre, de 45 años, tras reclinar su cabeza para lavarse el cabello se afectó la arteria del cuello debido a la presión ejercida durante el lavado, lo que le provocó un derrame dos días después.

Tyler pasó tres meses en el hospital y actualmente quedó con daños que le impiden caminar bien y con problemas en la visión, por lo que fue indemnizado por la peluquería.

Más sobre este síndrome

En el año de 1993, la Revista de la Asociación Médica Estadounidense, JAMA, por sus siglas en inglés, publicó la definición de esta enfermedad, sus síntomas y consecuencias. La patología fue bautizada como el «Síndrome de Salón de Belleza”, además dio a conocer el caso de 5 mujeres que sufrieron daño neurológico tras visitar este lugar.

Y es que la posición que se usa con frecuencia en los salones de belleza, es decir, reclinarse en un sillón apoyando el cuello sobre el lavabo, puede provocar una presión fuerte sobre las venas que llevan sangre al cerebro, disminuyendo el flujo y causando, en algunas personas, derrames, ataques o hasta la muerte.

Otros casos

En el mes de marzo una mujer en California, Estados Unidos, Elizabeth Smith, sufrió parálisis en el rostro luego de lavarse el cabello en una peluquería. Sus médicos afirmaron que padeció este síndrome y que no es la primera vez que se reporta un accidente así.

¿Qué hacer?

Expertos recomiendan no reclinar la cabeza más allá de 15 grados en el lavabo o a la hora de maquillarse, evitando así el exceso de presión sobre las venas del cuello y vértebras.

Además se recomienda utilizar una almohada para que el cuello no se extienda demasiado.

Algunas personas nunca se imaginaron sufrir algún padecimiento al ir a una peluquería a cortarse el cabello, lavárselo o hacerse el blower. Sin embargo, esto sí puede pasar. Se trata del «Síndrome del salón de belleza”; conozca en qué consiste, así, incluso podría salvar su vida.

Recientemente se conoció la historia de un hombre británico llamado Dave Tyler, quien recibió una indemnización de 114 mil dólares tras sufrir una apoplejía, es decir, un ataque cerebrovascular tras ir en 2011 a la peluquería Headmasters, en el sur de Inglaterra.

Al parecer, el hombre, de 45 años, tras reclinar su cabeza para lavarse el cabello se afectó la arteria del cuello debido a la presión ejercida durante el lavado, lo que le provocó un derrame dos días después.

Tyler pasó tres meses en el hospital y actualmente quedó con daños que le impiden caminar bien y con problemas en la visión, por lo que fue indemnizado por la peluquería.

Más sobre este síndrome

En el año de 1993, la Revista de la Asociación Médica Estadounidense, JAMA, por sus siglas en inglés, publicó la definición de esta enfermedad, sus síntomas y consecuencias. La patología fue bautizada como el «Síndrome de Salón de Belleza”, además dio a conocer el caso de 5 mujeres que sufrieron daño neurológico tras visitar este lugar.

Y es que la posición que se usa con frecuencia en los salones de belleza, es decir, reclinarse en un sillón apoyando el cuello sobre el lavabo, puede provocar una presión fuerte sobre las venas que llevan sangre al cerebro, disminuyendo el flujo y causando, en algunas personas, derrames, ataques o hasta la muerte.

Otros casos

En el mes de marzo una mujer en California, Estados Unidos, Elizabeth Smith, sufrió parálisis en el rostro luego de lavarse el cabello en una peluquería. Sus médicos afirmaron que padeció este síndrome y que no es la primera vez que se reporta un accidente así.

¿Qué hacer?

Expertos recomiendan no reclinar la cabeza más allá de 15 grados en el lavabo o a la hora de maquillarse, evitando así el exceso de presión sobre las venas del cuello y vértebras.

Además se recomienda utilizar una almohada para que el cuello no se extienda demasiado.